domingo, 17 de mayo de 2015

El resumen en la prueba de Selectividad

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Voy a empezar a poner algunas orientaciones sobre los diversos ejercicios. Empezaré por el resumen.

El resumen

   En las pruebas de acceso a la universidad, algunos distritos universitarios, Galicia no, piden que se indique el tema del texto. A pesar de ello, puede ser interesante hablar de él:
   El tema es el asunto o motivo del que trata el texto. Se debe expresar en pocas palabras, dos líneas máximo, más o menos diez palabras, y responde a la idea principal del texto (siempre teniendo en cuenta la intención del autor, aunque de ellaa no se habla hasta el comentario crítico). Se debe formular como un sintagma nominal, como las partes de un esquema.
   A veces el texto tiene título, que puede ayudar a enunciar el tema, pero como se espera del estudiante capacidad de reformulación, no se debe reproducir directamente.
   El resumen tiene que ser breve, completo y objetivo. Para realizarlo, debemos tener claro el tema del texto y la intención del autor (pero no citar ni el tema ni esa intención). Debe dar cuenta del sentido o de las ideas esenciales, sin excluir ningún aspecto relevante para la interpretación del texto; en contrapartida, debe prescindir de información e ideas secundarias. Como máximo, un resumen debería ocupar un 30% de la extensión del texto original; como hemos de ceñirnos a las normas de Galicia, nuestro resumen tendrá de cinco a diez líneas.
   Nuestro resumen debe ser personal, es decir, no repetir directamente frases del texto. A veces será necesario e inevitable emplear algunas palabras del texto, porque no tendremos alternativa.
   Y estar escrito, por supuesto, debe estar escrito en buen castellano.
  Para hacerlo, podéis subrayar en el texto las ideas importantes, empleando un rotulador, por ejemplo, y destacar, además, los conectores y marcadores discursivos, que relacionarán las ideas y estructurarán el texto. Al escribir el resumen, hay que respetar la lógica interna de las ideas del texto, es decir,seguir el orden seguido en él.
   El resumen debe ir directo al contenido. Es inadecuado empezar diciendo “Este texto de (p. e.) Antonio Machado expone...”. Es un defecto de estilo, es una pérdida de tiempo y espacio, es repetitivo y poco original(imagina qué pensará el profesor que corrija cien exámenes con lo mismo). Debes ir directamente al texto, y para ello será fundamental tener claro el tema.
   Si empezar diciendo “Este texto trata de" o "habla de" es un defecto de estilo, si a continuación decimos "primero expone que", y después, "luego señala que", y al final, "el autor concluye", lo que estamos haciendo es, como máximo, no un resumen, sino un (intento de) esquema. Que no vale tampoco como esquema, claro.
   Algunos habéis escrito en vuestros resúmenes algo así como "En el siguiente texto...". Gran error. Vuestro resumen no viene acompañado después del texto, de forma que debéis ir al texto directamente.  Ya se sabe cuál es.
   En los textos expositivo–argumentativos, en la medida de lo posible, es necesario nombrar las ideas que se dan los elementos de este tipo de texto: tesis, argumentos y conclusión. (¡Pero no debemos nombrar explícitamente estas palabras!).
   También hay que tener en cuenta que algunos textos argumentativos parten de una anécdota, ejemplo o caso particular. En tal caso, podríamos empezar nuestro resumen por "El autor (o autora), a raíz de [...] reflexiona sobre (expone los problemas que/llama la atención sobre) [...] Considera que [...]".
   Otros defectos: omitir ideas esenciales del texto; centrarse en, o extenderse sobre, aspectos aspectos secundarios o irrelevantes; no generalizar; considerar que algunas palabras o expresiones que tienen un sentido figurado (metafórico, irónico, etc) tienen un sentido literal; decir cosas de las que no se habla en el texto; y (fundamental): dar opiniones personales (para eso existe el comentario). En este último sentido, hay que tener cuidado con los adjetivos que se empleen, pues fácilmente pueden llegar a expresar valoraciones por vuestra parte.Y evitar dar por implícitas ideas del texto, a no ser que sea obvia tal implicación por parte del autor (de nuevo, para ello tenemos el comentario).